Tuesday, May 1, 2007

Pelli y una torre en PM que evoca la naturaleza

Repsol YPF: nueva sede corporativa
Pelli y una torre que evoca la naturaleza









En Puerto Madero, el arquitecto proyectó un jardín de eucaliptos en los pisos altos; se terminará en 2008

Allí donde el bulevar Macacha Güemes se junta con Juana Manso asoman las bases de una torre que alcanzará, en 2008, los 160 m de altura y albergará más de 2 mil puestos de trabajo. En la esquina, el cartel de obra dice mucho más que esos datos numéricos: la torre llevará la marca de Repsol-YPF, será su sede corporativa, y la tarjeta que define su diseño también pende del cartel: César Pelli.

Mientras la petrolera decide los planes por seguir ante la reducción de sus reservas en la región, también es noticia por estas oficinas que planean ofrecer un hito urbano al skyline de Buenos Aires. Es que su volumen mismo -dos triángulos curvos engarzados que rematan en planos inclinados, con pendientes en direcciones opuestas- permite que el edificio se regocije en las vistas panorámicas del Río de la Plata y en su otra cara, con las luces de la gran ciudad. Pero hay algo más, del piso 26 al 31, que define su estética y también su ideología: "El jardín de invierno que ocupará esos pisos con eucaliptos nació con varios deseos: los de la libertad del estudio a la hora de proponer este edificio y la de Repsol, por poner en alto sus valores ecológicos -explica César Pelli-. Ese emblema natural es el broche para comunicar las preocupaciones institucionales".

La simbología tiene su correlato en un edificio concebido como ecológicamente responsable en cuanto a su comportamiento energético y con aprovechamiento de materiales argentinos, como la piedra y el acero.

De vuelta en el jardín en altura, Pelli imaginó un sitio permeable para que los empleados vean, incluso desde las salas de reuniones, como si estuvieran delante de una plaza, con una experiencia en una escala completamente diferente. "Replicamos esa vista a otro nivel y eso la hace más blanda, más humana, más real. Va de la mano del concepto de la biofilia, esa necesidad de sentir que hay otras cosas vivas al lado de uno", comenta el arquitecto, que eligió, junto con sus asesores eucaliptos para que crezcan en macetones de acero de 2,30 m de diámetro y 1,85 de altura, por ser árboles resistentes a la sequedad típica de los ambientes humanos.

"La fachada de vidrio, con bajo contenido en hierro (Low Iron) en esa zona del edificio, ayuda a que la luz penetre entre las ramas del 5 al 10 por ciento más que con una piel de vidrio común, y es un tipo de curtain wall de presiones compensadas, que se une por encastres mecánicos", explica Pelli, mientras remarca también la presencia de una serie de luces desde el cielo raso diseñadas para complementar la luz natural en grandes invernaderos.

Pero no sólo en la altura habrá verde en crecimiento: sobre el terreno, de 8500 m2, en el que el edificio se enclava sobre el extremo noreste, el jardín será otro ingrediente natural de gran despliegue para el uso interno, pero a la vez de importante lucimiento en el acceso dado que los que lleguen, en auto o a pie, ingresarán a través de una pérgola que define un jardín elíptico. La pérgola será ovalada y desembocará sobre Macacha Güemes cubierta por plantas trepadoras y rodeada por plazas secas y zonas parquizadas en desnivel, poniendo énfasis nuevamente en el entorno verde de la torre.

Moderna y durable

"Cuando se diseña un edificio de oficinas para ser alquilado y uno corporativo, la diferencia más radical es que, cuando hay una marca, los responsables de ella se exhiben en la imagen del edificio, tienen su nombre a la vista en la durabilidad y calidad de una torre", define Pelli, desde sus oficinas de New Haven. De allí que tanto las tecnologías como las formas de esta sede cobraron mayor particularidad. "Además de que -cuenta el tucumano- diseñar para que lo vean ojos argentinos en este estudio se toma con mucha responsabilidad y más placer."

El lobby mismo se expande por la planta total de 1600 m2 y aparece rodeado por un perímetro vidriado y transparente con los ascensores en cuña, una geometría que esconde sus sistemas y abre una vista dramática en el ambiente; sobre un extremo aparece el gran anfiteatro para 220 personas que es también escalera pública para descender al auditorio en el primer subsuelo.

Soledad Aguado

Dos caras y dos miradas

Los triángulos yuxtapuestos que forman la planta, girados en una leve curva, tensan las pieles que los recubren. "Este edificio tiene la cualidad de mirar a dos circunstancias igualmente bellas -dice Pelli-, la vista al río es expansiva, panorámica; hacia la ciudad, la escala es más urbana, con el ventanal transparente del jardín." Al Este se usó una piel vidriada con líneas horizontales muy finas y hacia el Oeste, un moderno entramado de paneles de acero inoxidable sobre una superficie de vidrio que da escala al edificio.

Oficinas eficientes y con mucha luminosidad

Con 134 millones de dólares de inversión -y otra original sede corporativa en construcción simultánea en Madrid-, Repsol-YPF se mudará a Puerto Madero en 2008. Cada planta de sus 36 pisos tiene una superficie bruta de 1600 m2. Y respecto de su eficiencia para las oficinas, dado que el núcleo de servicios ocupa una alta porción de las plantas en su centro, desde Pelli-Clarke-Pelli aclaran que la relación entre el área destinada a oficina y la superficie bruta varía desde un 75 por ciento en las plantas bajas, al 80 en las altas. "La distancia nominal del muro cortina al núcleo es de 10 m, lo que permite un buen aprovechamiento de la luz natural, mientras que el núcleo mismo está diseñado para contener el acceso a las escaleras, sanitarios, offices y salas de máquinas a través de un corredor", comentan. Con esa circulación, se consiguió liberar el perímetro del núcleo, brindando máxima flexibilidad para la distribución de los puestos de trabajo.

Acceder a los pisos será veloz: el edificio tiene una batería de seis ascensores de alta velocidad para pisos altos y otra de seis para los bajos. Y al mirar hacia arriba, se podrá contemplar la tensión de los volúmenes entrelazados -esos prismas que se enlazan desde la base con leve torsión- en los remates de la torre, planos inclinados con una pequeña diferencia de tamaño que permite que uno rodee al otro, con pendientes en direcciones opuestas, replicando el poder de las vistas, privilegiadas por cierto, de todo el edificio.

La estructura, de 17 columnas perimetrales y vigas cinta, tendrá 9000 toneladas de armadura y 22 mil m2 de DVH más el sector del jardín con su vidriado especial recubriéndola, abrazando la idea de convertirse en un icono que ya lleva dos sellos reconocidos, el de su marca y el de su arquitecto.



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