¿Fábricas en los parques de Buenos Aires?

La destrucción del Código de Planeamiento Urbano> Para resolver los problemas que impiden la habilitación de actividades productivas no se debe pasar por encima de la legislación urbanística. Si le comentaran que la Legislatura está debatiendo un proyecto de ley para que Buenos Aires sea una ciudad productiva, donde se aliente a la industria y al desarrollo económico, seguramente usted expresaría su acuerdo con esas ideas. Si luego agregasen que, para lograr esos objetivos, se va a autorizar el funcionamiento de fábricas en las Urbanizaciones Parque (UP en el Código de Planeamiento Urbano), de talleres de chapa y pintura en las Areas de Protección Histórica (APH) así como, por vía interpretativa, de hipermercados con fabricación de alimentos en los distritos residenciales de baja densidad, con seguridad usted pasaría a oponerse. Si pensamos así es hora de empezar a preocuparnos, ya que una ley con estos contenidos ha sido aprobada por la Legislatura en primera lectura, será discutida en Audiencia Pública mañana y, si es votada en segunda instancia, entrará en vigencia. Movidos por la loable intención de impulsar la producción, el empleo y el desarrollo económico, habremos caído en el exceso de legislar permitiendo usos industriales y afines en áreas tales como las urbanizaciones parque, las áreas de urbanización futura, las de protección histórica y los barrios residenciales. Con las mejores intenciones, los legisladores habrán destruido el Código de Planeamiento Urbano mediante el sencillo procedimiento de dejar una enorme cantidad de actividades fuera del alcance de toda norma urbanística. Si para resolver los problemas que injustificadamente impiden la habilitación de actividades productivas en la Ciudad optamos por destruir la totalidad de nuestra legislación urbanística no sólo no habremos resuelto los problemas sino que, por el contrario, los habremos multiplicado. Hace más de veinticinco años que muchos ciudadanos venimos bregando para que Buenos Aires se consolide como una ciudad productiva, con industria moderna y competitiva para poder garantizar no sólo el trabajo sino también la calidad de vida de su población. De ninguna manera debe entenderse que la forma de lograrlo sea legislar para organizar las actividades residenciales, educativas o recreativas y dejar fuera de toda norma la producción. Parece innecesario aclarar que la industria requiere, igual que todas las demás actividades, una legislación inteligente, adecuada a la diversidad de situaciones que existen en la Ciudad y exenta de prejuicios en su contra. Hace falta estudiar y trabajar, definiendo para cada distrito de la Ciudad qué reglamentaciones tiene cada actividad en lugar de pretender que la simple y sencilla eliminación de toda disposición resuelva los problemas. Treinta años atrás el Código de Planeamiento eliminaba la industria de gran parte de la Ciudad. Ahora, pasando al otro extremo, pretendemos autorizarlas hasta dentro de los parques públicos. Es de esperar que prime la razón. Enrique García Espil Pte. de la Comisión Urbanismo y Ambiente, Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo. Docente UBA http://www.clarin.com/diario/2006/04...on/o-02702.htm>