Saturday, May 5, 2007

1ra nota sobre telerman como jefe de gobierno. Hay unas sorpresitas, lean.

Después de la destitución: marcha atrás con algunas decisiones de Ibarra

Telerman volvería a prorrogar licitaciones

Son las de mobiliario urbano y estacionamiento medido, que ya había frenado; pidió al gabinete celeridad para terminar obras

El vicejefe de gobierno porteño, Jorge Telerman, inició ayer su gestión como jefe de gobierno con señales de distensión hacia el gabinete, después de haber mantenido un encuentro con Aníbal Ibarra, destituido anteayer de su cargo por la Legislatura local.

En la reunión de gabinete, que Telerman celebra todos los miércoles desde que se hizo cargo de la gestión en noviembre pasado -aunque hasta ayer la ejercía en forma provisional-, llevó tranquilidad a los secretarios a quienes les pidió que se sumergieran "profundamente en la gestión".

"Va a haber una continuidad en las agendas de trabajo y también en el estilo de gestión, ahora que finalizó el juicio político. Telerman instó a los secretarios a dar más velocidad a la agenda de trabajo", indicó Oscar Feito, vocero del nuevo jefe de gobierno. Telerman asumirá formalmente el lunes próximo, después de que mañana la Legislatura comunique al Poder Ejecutivo la destitución de Ibarra.

Una de las posibilidades que se analizaban ayer en el entorno de Telerman era que durante ese acto, el flamante jefe de gobierno hiciera un anuncio de lo que será su gestión hasta que finalice el mandato en diciembre de 2007. Una gran parte de ella empezó a ser ejecutada durante la administración de Ibarra.

El comienzo de la reforma del corredor norte de la Capital seguramente estará dentro de esos puntos. Al menos está entre los principales objetivos que Telerman quiere alcanzar. Sabe que no será fácil, pero para cumplirlo ya tuvo acercamientos con el gobierno nacional, sin el cual no podría avanzar. Uno de los proyectos más ambiciosos de ese plan es la urbanización de la Villa 31, en la zona de Retiro, así como el traspaso del puerto de Buenos Aires a la ciudad y la posible transferencia de las cargas hacia los puertos de Campana y de Ensenada.

Pero estas ideas no pueden concretarse por separado; estarán incluidas en la discusión que el nuevo jefe de gobierno quiere abrir para que, por lo menos, se defina la traza que hoy cuenta con tres propuestas. Y no hay que olvidar que está pendiente la reforma en Aeroparque, con una audiencia pública aún sin realizar.

Durante su gestión también dará un lugar importante al espacio público. Es más, no descarta crear una cartera que se ocupe especialmente del tema, que se sumará a la reingeniería que podría plantear a través de una posible ley de ministerios.

En este apartado le queda por resolver la licitación del mobiliario urbano, que dispone la concesión de carteles publicitarios, paradas de taxis y de colectivos, entre otros. Cuando Telerman se hizo cargo del Poder Ejecutivo suspendió para fines de este mes la apertura de sobres. No se descarta una nueva prórroga, ya que el jefe de gobierno quiere revisar personalmente los pliegos, según dijo a LA NACION.

Una parte de la explotación de los refugios de colectivos y de las pantallas de publicidad venció en 1996. En 2001, caducó la restante. El negocio de 75.000.000 de pesos anuales es manejado hoy por tres empresas: Rainbow (adjudicada al secretario de Medios de la Nación, Enrique Albistur, con quien el jefe de gobierno tendría una mala relación, según algunas versiones), Spinazzola y Publicidad Sarmiento.

Otra de las licitaciones que revisará es la de la concesión de los parquímetros y el acarreo de los automóviles, pues sostiene que no lo convence el aumento del 40 por ciento previsto para la ficha de parquímetros.

Esta concesión venció hace casi cinco años y sólo existen permisos precarios de la Ciudad para que las empresas Dakota y BRD exploten el estacionamiento medido. Con los nombres de STO y SEC, las mismas firmas se ocupan del acarreo de vehículos en infracción.

Tal como lo venía haciendo la administración de Ibarra, apoyará el avance de la peatonalización en el microcentro porteño, y el no uso del automóvil particular. Pero pretende agregarle originalidad y celeridad. Telerman no descarta ninguna posibilidad para lograrlo, incluso la de poner en funcionamiento ómnibus que circulen por los carriles centrales de las avenidas porteñas, desde el límite con la provincia de Buenos Aires hasta el Centro, similares al Transmilenio de Bogotá, en Colombia. El plan de extensión de la red de subterráneos continuará en concordancia con esta política.

Por Laura Rocha
De la Redacción de LA NACION>

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