Friday, April 27, 2007

Innovador diseño para Tribunales de Santa Fe

Bertoni-Castellitti-Alconchel-Chicco-Dalla Costa
La Casa Judicial de Santa Fe, en un solo predio








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Sumarán un volumen moderno de 20.000 m2 a la sede principal; amplias visuales, rampas y una gran plaza cívica con una fuente, en el edificio nuevo que se anexará a la sede judicial

Sencillez y efectividad, en un programa innovador, pero a la vez respetuoso de la tradición. De esto se trata el primer premio del Concurso Nacional de anteproyectos Ampliación Casa Judicial de Santa Fe, un edificio contemporáneo que se inserta en el corazón del casco histórico de la ciudad, ideado por el equipo local conformado por los arquitectos Griselda Alicia Bertoni, Eduardo Castellitti, María Victoria Alconchel, Esteban Chicco y Matías Dalla Costa.

Ante la urgencia de unificar el funcionamiento del Poder Judicial, actualmente disperso por la ciudad, se presentó un desafío: idear un edificio en un terreno de casi 7000 metros cuadrados, aledaño al que hoy alberga a la justicia santafecina, frente a la plaza 25 de Mayo y la Casa de Gobierno. Allí deberá erigirse el proyecto ganador, una sucesión de cuerpos dispuestos en cinco niveles alrededor de un espacio central, resuelto con una gran simplicidad y una conveniente economía de espacios, con una cubierta que unifica todo el programa. "La volumetría es muy simple, aunque bastante avanzada para lo que es la construcción santafecina, más moderna en viviendas individuales que en edificios públicos", explica Esteban Chicco, del equipo ganador. Esta sencillez también se expresa en los materiales, ya que es todo hormigón, vidrio y mallas metálicas.

El proyecto se ubicará a 17 metros del edificio existente, que data de 1934. Ambos estarán conectados por corredores (excepto en el quinto piso) y una plaza cívica, idea que fue destacada por los jurados por brindar una imagen de justicia abierta y accesible a toda la sociedad.

Explica Chicco: "A pesar de su aspecto contemporáneo, la propuesta no agrede al edificio existente, que se trató de respetar. De hecho, pueden conformar un conjunto sin provocar un fuerte impacto". En la plaza, alrededor del zócalo, se puede observar una gran batea de agua, que además de refrescar servirá como reserva para combatir incendios. La idea de plaza cívica se refuerza con el agregado del bar, en un espacio de 200 m2 junto al hall central. A su vez, las rampas que permiten acceder al primer nivel o la planta baja sin subir escaleras completan la relación entre las partes y agilizan los recorridos.

Desde el exterior, aparece muy tratado el tema de las orientaciones, controlado en el Oeste, donde la carga es muy fuerte, en contraposición con un este totalmente abierto, gracias a una pantalla vidriada que mira al otro edificio -que le proyecta su sombra, para controlar el calor-, sirviendo a la imagen de transparencia judicial.

"La doble cubierta cambia según la orientación, y hay una cámara de aire para mejorar el efecto. Por eso podemos decir que es un edificio compacto, con una búsqueda contemporánea en el trabajo de pieles, transparencias, rampas y fluidez del edificio", opinan los autores.

A pesar de la apariencia abierta, en este plan está bien delimitada la separación entre la circulación pública y la privada. El entramado del espacio se destaca por resolver con simplicidad cuestiones más bien complejas; se organiza en tres bloques, de Sur a Norte, con estratos verticales.

En la planta baja se agruparon los fueros que más gente convocan, y en los niveles superiores los menos concurridos; se diferencia la circulación de magistrados, público, empleados y presos: el bloque sur, con los fueros civil y penal, "es el más difícil hoy en día y lo que urge sacar del viejo edificio, donde los presos circulan por los pasillos", explica el arquitecto; también el bloque para el Ministerio Público, y los fueros de menores y laborales.

Por etapas

El plan debía contemplar, entre otras condiciones, la etapa de construcción y la posibilidad de ser ampliada en un 30% en un futuro. "Con este motivo, el techo es un cubierta metálica liviana, para poder así meter un piso más -afirma Chicco-. A su vez, esta cubierta metálica ata el conjunto y da un poco de cobertura a la plaza." Aquí vale destacar la flexibilidad del proyecto, ya que a pesar de la economía de espacio, las partes pueden ser repensadas y reelaboradas según las necesidades. "Incluso hay un área pensada para que se desarrollen juicios orales, los que no se practican en la actualidad, y tampoco habrá inconvenientes para generar otras vinculaciones con el edificio existente", observa Chicco. A su vez, con la intención de que sea el edificio más tecnológico posible, el gran zócalo de la plaza alberga una sala de comandos general, entre el subsuelo y la plaza, un ambiente para que se manejen centralizadamente redes, seguridad, energía y climatización.

Santafecinos que tuvieron ventaja

Una ventaja tuvo este equipo santafecino, ya que dos de sus arquitectos, Alconchel y Chicco, se recibieron en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad Nacional del Litoral justo seis meses antes de la convocatoria, y presentaron en su tesis final un programa similar al del concurso. "Esto nos dio un conocimiento muy pulido del tema; ya sabíamos qué se relacionaba con qué, dónde tenía que ir la seguridad, y qué o quiénes eran importantes; así nos pudimos meter muy rápido en la etapa de proyecto", recuerda Chicco.

Estos jóvenes arquitectos (Matías Dalla Costa también egresó recientemente) se reunieron con los experimentados titulares del estudio Bertoni-Castellitti, y también estudiantes de arquitectura. "Conocer el tema nos permitió ahorrar espacio; comparando con otros proyectos, éste ocupa mucho menos lugar por la buena conjunción de las partes. Logramos un edificio muy compacto y simple, pero a la vez funcional", explica Chicco. Efectivamente, el proyecto presenta 19.712 m2, mientras que las bases planteaban 21.000 metros cuadrados.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/788785>

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