Saturday, April 21, 2007

Vuelve un ícono de La Boca

ESTA ABANDONADO HACE 45 AÃ'OS
Quieren que el transbordador de La Boca vuelva a funcionar

Tres ONG firmaron ayer un convenio para reconstruirlo y que la Unesco lo declare de interés para la humanidad. Buscan que genere turismo. CAROLINA PUPPO



Su enorme estructura metálica fue inaugurada en 1914, puesta en desuso en 1960 y casi convertida a chatarra en 1993. Pero su fortaleza de gigante le ganó a los 45 años de abandono y logró convertirlo en el componente infaltable de una postal porteña. La audacia para colarse en los trazos del pintor Benito Quinquela Martín le permitieron cruzar las fronteras. El Puente Transbordador Nicolás Avellaneda, símbolo emblemáticos de La Boca, quiere volver a cruzar el Riachuelo.

Al menos, ése es el objetivo de los representantes de Fundación por La Boca, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, y el Instituto de Preservación del Patrimonio Arquitectónico de la Provincia, las tres ONG que firmaron ayer un convenio para impulsar su puesta en funcionamiento, y para lograr que sea declarado de interés para la humanidad.

"La iniciativa surgió gracias a una invitación de España, que está preparando la postulación de su puente transbordador, el Bilbao-Vizcaya, para que integre la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. La aplicación de ellos nos abre la puerta a la nuestra y nos sirve para darle un marco de legitimación a nuestra propuesta, incluso para pedir subsidios", explica aLa Razón, la coordinadora de proyectos de la Fundación por La Boca, Gilda Illuminati.

Para lograr ese objetivo, un equipo de profesionales está elaborando un plan de gestión. El proyecto, además de incluir la puesta en valor del puente, propone mejorar las cabeceras de La Boca y de la Isla Maciel, en Avellaneda. "Arreglar sólo el puente no tiene sentido. Hay que solucionar el problema de la inseguridad en la Isla y de las usurpaciones en La Boca", revela Illuminati. La aclaración es importante porque el objetivo del proyecto es generar una conexión real y fluida entre las zonas. "Queremos restaurarlo, poner en funcionamiento la barquilla, iluminarlo y lograr una comunicación entre Capital y Provincia para fomentar el turismo", dice Illuminati.

Es que la Isla Maciel guarda un tesoro histórico. "A diferencia de lo que ocurrió en La Boca, en la Isla hubo un abandono total. Pero eso hizo que el patrimonio urbano se mantuviera como era originalmente. Si se logra poner en valor la Isla, el turismo va a ser impresionante", comenta Roxana González, arquitecta del Instituto de Preservación del Patrimonio del Colegio de Arquitectos bonaerense, una de las profesionales que en agosto hizo un diagnóstico del estado del puente. "La estructura está bien. Pero hay que cambiar las chapas y mandar a hacer los motores que impulsan la barquilla, porque todo lo que es eléctrico fue robado", comenta González y aclara que una vez iniciadas la obras, se necesitará apenas un año para dejarlo nuevo.

Harán un museo con sus reliquias

Entre los siglos 19 y 20 se construyeron en el mundo veinte puentes similares al Nicolás Avellaneda. Hoy, quedan en pie apenas ocho y el de La Boca es el único que hay en América y el único en desuso. Los años de inacción lo convirtieron en la vidriera de carteles de campaña. Entre ellos, sobresale la de Raúl Alfonsín de 1983. Por eso, los impulsores de su puesta en valor planean realizar un museo en el lugar con esas reliquias.

La Razón, viernes 3 de marzo de 2006>

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