Vista exterior (actualmente fue remodelada y se construyó un casino): Restaurant del primer piso: Sector de las canchas de golf: Sector de las habitaciones desde la cancha de tenis: La pileta de agua termal del piso inferior: y una nota que presento el diario La Gaceta (Tucumán), acerca del hotel: Rosario de la Frontera ostenta con orgullo su principal oferta para el visitante: baños termales y una hosterÃa remodelada a nueva con todas las comodidades que el modernismo exige para atender la salud, principalmente en el combate diario contra el estrés. De la Â"vieja hosterÃaÂ" construida en 1880, queda muy poco de lo que fue el casco principal, en un predio de 880 hectáreas. AllÃ, ahora resalta el nuevo Â"Hotel Termas & SpaÂ", administrado por el Gobierno de Salta. El edificio alterna rasgos distintivos de la época en que fue construido con modernas figuras que destacan su relieve. Las autoridades salteñas llevan invertidos poco más de un millón de pesos en la remodelación de la vieja estructura, que recuerda con orgullo haber recibido en 1886 al entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento. En los últimos 18 meses, el hotel superó su déficit operativo y se convirtió en un emprendimiento rentable, que puede autofinanciarse. Los contratos con grandes operadores turÃsticos del centro y del sur del paÃs permitieron mantener un promedio de ocupación permanente superior al 60%, durante los primeros cinco meses de 2005. Â"Hay paquetes vendidos hasta el año próximo. Por eso, vamos a inaugurar 10 habitaciones más durante la próxima semana (hay 76 cuartos) y empezaremos en breve la construcción de habitaciones en suiteÂ", remarcó el gerente del hotel, Rodolfo Antonelli. Spa natural Las aguas termales de Rosario ya eran conocidas por los indios lules y tonocotés, que, para aprovecharlas, construyeron piletones con piedras. Luego, con la construcción del hotel, por iniciativa del médico Antonio Palau, fueron explotadas comercialmente; se constituyó, asÃ, el primer centro termal de Sudamérica. Fue tal el éxito del emprendimiento que, en 1893, se le agregó un casino (el primero en el interior). Tras años de ostracismo, el hotel comenzó a remontar camino para recuperar el esplendor alcanzado a finales del siglo XIX. Sus aguas se toman, se inhalan o sirven en baños para curar la diurética, la hipertensión o para problemas del hÃgado. Se estima, además, que los nueve manantiales brotan de una profundidad cercana a los 4.000 metros y llegan a la superficie a temperaturas de entre 25 y 99 grados centÃgrados. Cuando consiga más fotos las posteo. Espero que les haya gustado> |
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